Productividad y Calidad
Se hace hincapié en
que, si bien durante mucho tiempo el énfasis se hizo en la mejoría de la
productividad, aparentemente bajo el supuesto de que, como consecuencia
natural, se incrementarían los niveles de calidad, la evidencia demuestra ahora
que el camino es exactamente el opuesto. Los incrementos de productividad no
sólo no conducen definitivamente hacia la mejoría de la calidad, sino que
incluso la pueden deteriorar. Se propone que, a la luz de la experiencia, se dé
prioridad a las estrategias de garantía de calidad que, como consecuencia,
incrementan la productividad y abaten los costos y no a la inversa.
“Tradicionalmente, en
el sector industrial, la productividad se mide mediante mediciones internas.
Dichos mecanismos, cuando son utilizados por empresas de servicios, tienen poco
o nada que ver con la calidad. Formas típicas de medir la productividad son,
por ejemplo, la cantidad de comidas servidas por hora o los costes por comida
en un restaurante.
“Por tanto, la
productividad tiene que ser controlada tanto por mediciones externas como
internas. Las mediciones externas se orientan a la satisfacción de los clientes
(eficacia externa), ya que conducen a altos niveles de calidad, mientras que
las mediciones internas están vinculadas a los costes de los recursos que se
utilizan para alcanzar una cierta calidad percibida en los servicios (eficacia
interna).”
Es necesario comprender que la
productividad en servicios no se mide del mismo modo que en organizaciones
manufactureras. Veamos lo que nos dice un autor reconocido en este campo.
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